El instituto para el Desarrollo Comunitario cuenta, en este momento, con el jardín "Victoria Walsh", en el que asisten niños de 2 a 5 años, comedor nocturno, horno comunitario, cursos de capacitación en oficios, centro de jubilados, mutual de emprendedores y compras comunitarias "La Colmena".

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Idec Jardin Victoria Walsh

jueves, 2 de septiembre de 2010

TESTIMONIO. CURSOS DE CAPACITACIÓN EN EL I.DE.C.


El desafío de aprender y emprender un oficio

Por Gina Verona Muzzio.- A los 55 años, Nora retomó los estudios y realizó varios cursos de capacitación en oficios que ofrece la Secretaría de Promoción Social. Las herramientas que adquirió le permitieron proyectar un micro emprendimiento.
Curso-interna
Por Gina Verona Muzzio
Nora Ojeda nació en Chaco hace 55 años, hace algunos menos que vive en Rosario. Creció en una familia numerosa y tuvo la posibilidad de hacer la escuela primaria y secundaria completa, incluso una tecnicatura en Mecánica Dental. Sin embargo, por distintas razones, no ejerció esa profesión más que aleatoriamente.
Hoy está viviendo una nueva etapa, ya crió, junto a su marido, a cuatro hijos que estudian, trabajan y conformaron sus propias familias. Tiene tiempo y ganas de dedicarse a sí misma y a sus nietos, de construir proyectos propios y de ayudar a otras personas.
Hace algunos años leyó en los diarios que la municipalidad comenzaría a dictar cursos de oficios para mujeres mayores de 35 años. Lo vio como una excelente posibilidad y no dudó en inscribirse. Se anotó en varios.
La mayoría de los cursos a los que asiste, desde 1996 a esta parte, están relacionados a la cocina y la gastronomía. Este año, comenzó junto a otras 30 mujeres el curso de “Panificación, repostería y pasta”, del cual se graduaron aproximadamente diez alumnas. El mismo es realizado por el Área de la Mujer de la Secretaría de Promoción Social municipal y tiene como fin la capacitación de las mujeres en distintas áreas, abarcando un amplio abanico de posibilidades.
“En el curso nos enseñaron a hacer pastas, repostería y panificación. Lo que más me gustó fue la parte de repostería, y algo de panificación. Además mis hijos y vecinos, a los que convidé con algunas cositas, dicen que me salen muy ricas, que debería venderlas”, contó Nora a elciudadanoweb.com.
El curso fue dictado en la primera mitad del año, durante 3 meses, en el Centro Comunitario Victoria Walsh, ubicado en el distrito oeste de Rosario. Este centro está compuesto también por un Jardín de infantes, está integrado al Instituto de Desarrollo Comunitario y desde el año 1998 forma parte del Programa Crecer. Los niños que asisten son fundamentalmente de Villa Banana y Villa La Boca.
Nora es una mujer de fe, por lo que decidió apuntar los conocimientos que adquirió en el curso a ayudar a los que menos tienen. “Si me daban bien los estudios médicos que realicé, me prometí a mí misma y a Dios que iba a usar lo que había aprendido en el curso para colaborar y trabajar ad honorem con la hermana Jordán, para los chicos de Empalme Graneros”.
Cuando fue interrogada respecto a los cursos, Nora respondió: “Me parece que son muy buenos, porque le dan posibilidades a mujeres que por distintas razones no pudieron estudiar, o no trabajaron y ahora necesitan hacerlo. Nos ayuda a salir adelante con herramientas útiles”. Por lo tanto, la emprendedora seguirá capacitándose: “Me anoté en un curso nuevo de cocina que comienza el 3 de septiembre, no veo la hora de empezar”.
Sin embargo, más allá del trabajo que se propuso realizar para la comunidad, tiene un proyecto más grande, que ya está iniciando. Nora está proyectando su propio micro emprendimiento, que constará de la producción en su propio hogar de productos de repostería y panificación. “Quiero hacer medialunas, tortas, lemon pie, roscas y otras panificaciones”, explicó. Y agregó que ya puso manos a la obra para cumplir los requisitos de higiene y salubridad que demanda la municipalidad. “Ya cambié la mesada de la cocina porque vinieron a inspeccionar para sacar la libreta sanitaria y seguiré modificando lo necesario para poder hacer cosas para vender”, detalló.
Pronto, Nora Ojeda será una nueva emprendedora. No importa el tamaño y la envergadura que alcance su negocio, porque será un proyecto propio y eso cuenta más que lo económico o lo comercial. El micro emprendimiento lo llevará a cabo con las herramientas que salió a buscar y que, con ayuda, logró adquirir. Su negocio será producto de su esfuerzo y sus ganas de progresar. Hoy, a los 55 años, Nora está haciendo realidad un emprendimiento que generará importantes cambios en su vida y que demuestra que no importa la edad que se tenga, como ella dice: “Uno puede hacer lo que quiera, lo que le guste siempre que lo haga con amor”.

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